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La incontinencia urinaria consiste en la pérdida de control de la vejiga, y, por tanto, la orina se sale de nuestro organismo sin que nuestro cerebro envíe la orden para que esto suceda.
Las pérdidas de orina pueden tener diversas causas pero, aparte de aquellas que van relacionadas con problemas médicos, encontramos que en la mayoría de casos esta incómoda afección se da por los siguientes motivos:
La causa más habitual de la incontinencia es la debilitación de los músculos del suelo pélvico, que son los músculos que mantienen cerrada la uretra, que es el conducto por el que sale la orina al exterior. Cuando estos músculos pierden su elasticidad, la presión de la vejiga es mayor y la uretra no puede contener la orina, que se escapa. Cuando esto sucede, algunas actividades de nuestra vida cotidiana como correr, levantar peso, reír o toser pueden causar pérdidas de orina.
Para las mujeres, además, podemos encontrar que algunos casos de incontinencia pueden estar relacionados con procesos naturales en su vida, como el embarazo, el parto o la menopausia.
Los cambios hormonales que suponen tanto el embarazo como la menopausia, ligados a algunos cambios físicos que acompañan a estos dos procesos, pueden ser causa de incontinencia urinaria.
En el caso del embarazo, las pérdidas pueden producirse durante el mismo, pero también después del parto por una reducción de la eficiencia en los músculos pélvicos, que se han debilitado después de someter a la vejiga a un gran incremento de presión, debido al aumento del útero por la presencia del bebé. Las pérdidas de orina relacionadas con el embarazo suelen desaparecer con el paso del tiempo, pero si pasados tres meses no ha sido así, deben ser tratadas.
En cuanto a los cambios en la menopausia, la ausencia de los estrógenos producidos por el ovario provoca una reducción de la fuerza de aquellos músculos que controlan la uretra. Pero también afecta a los músculos abdominales alterando la posición de la vejiga. Todo ello genera pérdidas de orina, en ocasiones en importante cantidad, siendo necesario la utilización de compresas cuando ya habían dejado de utilizarlas por la menstruación.
Otro de los motivos que pueden generar las pérdidas de orina es el sobrepeso, ya que una presión añadida a los músculos abdominales y pélvicos puede alterar el control sobre la vejiga.
Hay que decir que la incontinencia de orina siempre va a peor con el paso del tiempo, y es necesario realizar un tratamiento para evitar que eso ocurra. Las pérdidas de orina pueden tratarse de diversas maneras.
En primer lugar, hay que suprimir la costumbre, muy habitual en mujeres, de aguantar la orina de un modo excesivo. De todos es conocido el hábito de no orinar hasta llegar a un sitio de confianza, pudiendo estar muchas horas sin orinar. Muchas veces, lo hacen de un modo tan habitual que no se dan ni cuenta.
También se puede recurrir a ejercicios , llamados de Kegel, para fortalecer el suelo pélvico , en concreto aquellos músculos que envuelven y afectan a la vejiga y la uretra.
También existe la posibilidad del tratamiento farmacológico. Algunos medicamentos pueden ayudar a que la vejiga sea capaz de distenderse sin que se contraiga, haciendo que la uretra permanezca cerrada.
Además, existe el tratamiento de esta afección mediante la estimulación eléctrica intravaginal.
Pero si todos estos tratamientos no han conseguido la mejoría de la incontinencia de orina, la reciente aparición del Láser fraccionado ginecológico de CO2 ha supuesto un gran avance para este tipo de alteración. Este nuevo láser actúa mediante calor produciendo una regeneración del colágeno, que es la proteína responsable de la elasticidad de los músculos que intervienen en la continencia urinaria. Sus óptimos resultados lo convierten en la mejor y, sobre todo, más rápida opción para un mejor tratamiento de esta afección. Si quieres saber más sobre este tipo de tratamiento puedes visitar este enlace http://benitocabezaginecologo.com/otros-servicios/laserginecologico/ o pregúntanos sin compromiso.
