Tener un hijo es una decisión muy importante, un compromiso irrevocable. Desde el mismo instante de su nacimiento los bebés requieren de una atención plena y constante y, con los años y conforme vayan creciendo, requerirán de otros tipos de apoyo, como tiempo y energía para alimentar su inteligencia emocional e intelectual.
Antes de tener un hijo, has de mantener una conversación profunda y sincera con tu pareja y/o contigo misma, para cerciorarte de que estáis preparados y dispuestos para afrontar los sacrificios que conlleva. En la mayoría de los casos tener un hijo es un proceso totalmente natural en el que todos los miembros de la familia se adaptan perfectamente y que regala innumerables satisfacciones personales. Pero esto no siempre ocurre así, ya que hay ocasiones en las que la llegada de un bebé produce importantes desajustes personales y familiares que no se habían contemplado y que se deben integrar forzosamente en nuestro día a día.
En este sentido es muy importante dedicarle un tiempo de reflexión a cuestiones tan sencillas como ¿cómo compatibilizaremos su cuidado con nuestros trabajos?, ¿vamos a necesitar o no de la ayuda de otras personas?, ¿disponemos de guarderías o centros escolares de confianza donde poder dejarlos? o ¿qué haremos si se ponen enfermos?
Pero además también debemos plantearnos cuestiones económicas. La llegada de un bebé supone un gasto aproximado de entre 6.000 y 10.000 euros en su primer año de vida. Por esta razón es importante empezar a ahorrar unos meses antes de tomar esta decisión. Debemos reducir gastos superfluos y pensar en sus necesidades presentes y futuras. Aunque no olvidemos que, al margen de las necesidades fisiológicas de alimentación e higiene, lo que más necesita un bebé es el amor y la dedicación de sus padres y de su familia.
También es importante acudir a una revisión ginecológica antes de quedarte embarazada para descartar cualquier tipo de problema. Tu ginecólogo te preguntará si ha habido antecedentes de defectos congénitos familiares y sobre si sufres o tienes antecedentes de haber sufrido algún tipo de enfermedad que pueda complicar el embarazo o interferir en la gestación. Si has tenido hijos con anterioridad también debes explicar al ginecólogo si has sufrido algún tipo de incidencia en el embarazo anterior. En algunos casos es recomendable esperar unos meses antes de volver a quedarte embarazada.
Respecto a tu estilo de vida es muy importante tener en cuenta las siguientes consideraciones:
1. Cuida tu alimentación: Consumir variedad de alimentos y aumentar el consumo de frutas y verduras nos garantiza la variedad de nutrientes y de antioxidantes en nuestro organismo. Es recomendable reducir los carbohidratos refinados y la cafeína y eliminar completamente el consumo de bebidas alcohólicas. Es importante tomar frutas frescas de temporada ricas en vitaminas, legumbres para el zinc, cereales y verduras de hoja verde para el ácido fólico y verduras ricas en calcio como las espinacas, la col rizada, la cebolla y los berros.
2. Olvídate de tus malos hábitos: Fumar, beber o consumir cualquier tipo de droga puede causar daños a tu bebé, o incluso provocar su pérdida. Así que si quieres tener un hijo sano lo mejor es abandonar estos hábitos nocivos. Ahora ya no tienes excusa.
3. Haz deporte: la actividad física ayuda a mantenerse saludable tanto corporal como emocionalmente. No dejes de hacer ejercicio porque estés embarazada si no es por recomendación expresa de tu médico. Son muchos los beneficios psicológicos del deporte los que te ayudarán a estar mentalmente fuerte durante todo el embarazo.
4. Controla tu peso: Con un peso ideal es más cómodo sobrellevar el embarazo, te sentirás más ágil y, llegado el momento de dar a luz, estarás mejor preparada para el parto. Además, el sobrepeso también incrementa las probabilidades de desarrollar ciertas patologías durante el embarazo como la hipertensión o la diabetes. Haz caso a las recomendaciones de tu ginecólogo.
5. Deja los anticonceptivos: Si estás tomando anticonceptivos la recomendación general es que no dejes el tratamiento a medias, sino que esperes a terminar con el ciclo que estés tomando. De este modo evitarás sangrados confusos y conocerás más claramente tus fechas de ovulación o de concepción.
6. Toma ácido fólico: a partir de intentar quedarte embarazada, has de tomar, de modo preventivo, un complemento con ácido fólico, yodo y polivitamínicos para el perfecto desarrollo de tu futuro bebé.
7. Ten paciencia: Debes tener en consideración que tardar varios meses en quedarse embarazada es algo absolutamente normal, incluso muchas parejas llegan a tardar un año. Dependiendo de tu edad, si transcurridos entre seis y doce meses no ha habido éxito, puedes acudir a nuestra clínica para que realicemos los estudios de fertilidad necesarios.
Y, muy importante, recuerda que pese a todos los temores que puedas tener sobre el desarrollo de tu embarazo y el posterior parto, si tú lo haces bien lo normal es que todo vaya bien. Al final de toda esa experiencia tendrás en tus brazos una criatura sana y perfecta, tú bebé.